September 5, 2024 by Daniela Raffo

Que las palabras no se las lleve el viento

Por Daniela Raffo.

Siempre me pasa lo mismo, pienso que llegado el momento de invitar a compartir un poema a un escenario, nadie del público va a subir. Pero siempre suben, y se sientan en una silla que llamamos la silla del autor y casi todas las veces – antes de leer lo que escribieron- avisan “disculpen si lloro”.

Hace exactamente una semana, el jueves pasado, el 29, presentamos junto a la Embajada de Estados Unidos en El Salvador, en la biblioteca de la UCA, la antología poética Poesía Urbana: Un viaje sincero al origen. Es un libro de poesía de no poetas. Es un libro que respira amor, arraigo, familia, deseos. Y que ha involucrado a decenas de personas para hacerlo posible.

Comenzó el año pasado, a principios. Yesika Salgado es una poeta salvadoreña – estadounidense, nacida en Usulután, con vida en Los Ángeles, que hacía 20 años que no olía su tierra natal. Fue invitada por  la Embajada de Estados Unidos en El Salvador y ConTextos a venir y hablar sobre el viaje que cada persona hace, aunque no se mueva de su lugar.

Lo hizo con una simpatía inigualable, sus disculpas por su spanglish y su humor, su gran humor.
Se presentó en universidades, centros comerciales, bibliotecas y un teatro. Se sentaba en un escenario que paseaba con ella, hablaba, leía e invitaba a escribir y luego a compartir sus poemas en el escenario. Y la gente compartía, embebida de poesía.

Para la presentación de la antología Yesika no estuvo, mandó un video y parecía que estaba en el salón.
En el video invitaba al público, casi 100 personas, a escribir bajo el generador “lo que yo sé”; lo que sabe cada quien que nadie le puede quitar, las verdades absolutas.

Dimos 20 minutos para que la gente escribiera y lo hicieron. 

Y luego llegó el momento de compartir. Invitar a pasar a leer; el momento en el que siempre me pasa lo mismo. Pasó un joven, y luego alguien de la embajada, y luego otro y otra y pasaban de a dos, y se hacía un silencio enorme y luego solo aplausos de agradecimiento.

Yo escuchaba; fueron unos yo sé durísimos, abiertos, vulnerables.
Escuchaba sorprendida, aunque pensándolo bien, quizás no me llame la atención que la gente pase a leer, sino que me emociona que cada persona confíe abiertamente en esos desconocidos que la escuchan.
Porque la confianza no es algo que suelo ver tan a menudo.

Recent Posts

April 10, 2025

¡Si los vieran!

Por Daniela Raffo ¡Si los vieran! Bailando, sentados en el piso, poniéndose de acuerdo en qué libros usar o qué actividad hacer. ¡Si las vieran!…

Read More
March 25, 2025
¿Me puede contar una historia?

¿Me puede contar una historia?

“Había una niña que empezó, acá, en la escuela desde parvularia. Ella se llevaba libros a su casa y en una libreta dibujaba la mejor escena…

Read More
March 19, 2025

Los libros que viajan con Luz

Por Laura Flores Es de mañana, un día cualquiera en Jocoaitique, departamento de Morazán. Luz mira cómo una señora mayor llegar a la biblioteca, toma…

Read More