September 8, 2022 by ConTextos
La foto
Por Daniela Raffo.
Como eran casi trescientas personas y yo estaba sistematizando, es decir paseando por las mesas tomando notas de lo que oía, no pude ver todo. Imposible. Estábamos en un hotel, de los grandes, y había 25 mesas con 12 docentes en cada una de ellas. Y yo anotaba el humor general, si se entusiasmaban con el seminario, qué parte gustaba más, cómo reaccionaban.
Así que no vi esa foto, la vi cuando entré al grupo de whatsapp del trabajo y supe, una vez más, que todo había valido la pena. Era una mesa entera abrazada, o mejor dicho, doce docentes que no se conocían entre sí, se abrazaban para cuidarse mutuamente después de escuchar por micrófono una historia real.
Pero empiezo por el principio, mucho antes de la foto. Junto al Instituto de Formación Docente y el Ministerio de Educación, hemos co-diseñado 4 seminarios intermodulares del “Programa de formación y fortalecimiento de competencias digitales a docentes noveles”. Y nosotros, como ConTextos con el proyecto Derechos y Dignidad, somos responsables de ese co-diseño y la implementación de los cuatro seminarios. La semana pasada fue el primero: “Planificación Didáctica multimodal”. Hubo tres en San Salvador y dos en Santa Ana, casi 1500 docentes divididos en 5 grupos.
En ConTextos trabajamos con docentes, somos conscientes de su rol, de su importancia y de sus malabares para enseñar, pero yo nunca había visto tantos docentes juntos, llegando al hotel desde las 7 de la mañana.
No me voy a detener en todos los pasos del seminario porque resultaría aburrido, solo voy a decir que hay una parte que para nosotros es importantísima. La lectura en voz alta. Es escuchar con todos los sentidos la historia de alguien y conectar.
Zoila Recinos, nuestra co fundadora y directora de programas, leyó “La balanza de sardinas”, es la historia de Jimmy, un autor de nuestra red que participó del proyecto Soy Autor/soy Autora en donde cada persona elige una partecita de su vida y la escribe, la reflexiona.
Jimmy, adulto, con hijas, con una vida dura – de las duras de verdad- cuando tuvo que elegir una historia se fue hasta su escuela, hasta primer ciclo y contó cómo armó ese balancita de sardinas, solo, sin ayuda, y de cómo su maestra vio en esas dos latas todo lo que le pasaba, le puso un 10 y lo salvó por un ratito de una vida miserable.
Conozco a Jimmy, conozco la historia y cada vez que la escucho se me hace un nudo en la garganta. Con cada palabra dimensiono lo que es ser docente. Todo lo que es ser docente.
Zoila comenzó a leer, hizo pausas, hizo preguntas, invitó a reflexionar y cuando terminó de contar la historia se hizo un silencio de trescientas personas, entonces propuso respirar hondo, darse un abrazo, apapacharse, cuidarse. Yo estaba parada con mi libretita en mano y vi en una mesa cómo una maestra se secaba las lágrimas y otra dos la abrazaban, cómo otras tomaban la mano de alguien con fuerza, dando ánimos.
Y después vi la foto, toda una mesa abrazándose, con una gran sonrisa.
Y pensé “qué bueno que son docentes, estamos en buenas manos”.
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