enero 21, 2021 by Zoila Recinos

#DespedidasConstantes

Por Zoila Recinos

Conocí una ascética de verdad, a mis 16: 

Aceptación total, veía lo que nadie podía ver, me convenció de lo que ni yo sabía de mi. 

-¿Bañar ancianos en el hospital?, yo!?

-“Estás joven, y decís que sos atleta, la fuerza si no ayuda, no sirve…” 

Así sin más dejé mis tardes de sábado para leer, peinar, maquillar y cortar uñas a pacientes de hospital; fueron años bebiendo la sabiduría ancestral de abuelas sustitutas, alejada del bar… 

Aprendí el respeto al conocimiento ancestral, el amor a la tierra; ella partió hoy día de BATZ, día de la perpetuación, día del hilo, día del tiempo…

Era alegría en la sencillez, encarnación de la bondad. 

“Creer siempre, más allá de todo y de lo que ves”,

eran sus palabras en la tarde de domingo al salir de catedral…

“Meditá, meditá, conectá con Abba, con lo supremo, guardá silencio cuando te enojés,

hablá solo con la serenidad de la meditación”… Repetía tranquila cada vez que mi lengua explotaba de ira… 

Conocí una ascética, a mis 26: 

“El gozo está dentro, dentro tuyo, nada de lo que pasa afuera es comparable con la fiesta interna”, hablaba bajo un cielo estrellado…

Conocí una ascética, a mis 36: tu tristeza es mi tristeza, tu alegría es mi alegría… 

De alguna manera me preparaste para este día; ya tomé el té de manzanilla y la tostada con pasta de cilantro, amaba el cilantro…

Sé que estás mejor, sé que bailás y cantás con júbilo, se que me abrazás… 

Gracias por mostrarme el camino Dorita, hermana, hermana, amiga, madre. 

Doris Dora Morales de Paiz 19/01/2021