septiembre 4, 2017 by Zoila Recinos

TREINTA MINUTOS PARA PRESENTAR

Sonrisas llenas de vida, posturas erguidas como su orgullo por esta tierra, el orgullo que sientes cuando recuperas algo que es tuyo, llegaron al círculo de autores caminando con mucho flow. Altos, fuertes, ¡qué guapas y guapos estos cipotes!  Jóvenes líderes del Instituto Benito Jimenez, en la provincia de Colón, Panamá.

Con cero interés por seguir observando, sus miradas exigían participar, ser los protagonistas: Basta de ideas abstractas! gritaban con cada latido, sus corazones vibrantes. No tuve más opción: leyeron historias de autores igual de inquietos, igual de soñadores y por un minuto las historias los atraparon, reinó el silencio, un segundo más y los comentarios juguetones volvieron, estaban listos para escribir.

Soy de, Vengo de, lista de palabras como: canela, dulce mamá, limón verde en el patio, dieron paso a las primeras líneas de su poema, el primero acerca de sí mismos. Ahora el embrujo de la escritura los atrapó y esta vez, fueron 3 minutos, de silencio total, de enfocar, de parar y darse tiempo para escucharse, o como dice mi hermana Anne escuchar su voz interior.Mi racionalidad me impedía creer en la posibilidad de que quisieran compartir, solo fueron 25 minutos, me decía. Mi curiosidad ganó, mentiría si les digo que no sentí nada, me emocioné, no sentía mi respiración, y abrí el micrófono para sus voces: solo faltaban 2 minutos para cerrar los 30 que tenía «permiso», ellas tomaron la batuta, 2, 3 chicas, hasta que el primer chico también se animó, compartieron dos o tres líneas. Más allá de sus palabras los «adultos» que estuvimos ahí,  presenciamos el poder de tener voz, el poder de decir algo, el derecho de decir mi verdad.

De los cincuenta jóvenes tuvimos 7 minutos de compartir su palabra, por esos 7 minutos, fueron ellos, tomando el poder en sus voces, en sus energías, en sus sonrisas y chasquidos.

Este fue su regalo para mi hoy, estos chicos están listos para los objetivos de desarrollo sostenible que penosamente les hemos heredado.

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