abril 29, 2021 by Comunicaciones El Salvador
Tiramos la biblio por la ventana
Cuando me disponía a leer un cuento a Andrés, me dijo “¿puedo invitar a Mili?”. “Claro”, contesté. Nos sentamos los tres, los dos amiguitos y yo. Les leí “La gallina hambrienta”. Mili abrió bien grandes los ojos cuando el zorro comenzaba a acercarse a la gallina y se rió aliviada con el final.
“Otro”, pidieron. Les leí “El pez que quería ser astronauta”.
“Otro”, dijo Mili, entonces la acompañé hasta la alfombra, le dije que se pusiera cómoda y le presté “El pingüino que sentía frío”. “Otro”, pidió cuando terminó.
Pensé: “es un buen comienzo de nuestra gira Tiramos la biblio por la ventana”. Pensé también que es un placer enorme –quizás tanto como leer- ver leer a otro.
En ConTextos cumplimos 10 años y para celebrarlo sacamos las bibliotecas a los patios de las escuelas, las calles, los parques.
Lo hicimos el viernes 23 de abril, una fecha que nos conmueve: el Día Internacional del Libro, y el sábado 24.
“Tiramos la biblio por la ventana” en Nueva Concepción Chalatenango, en San Miguel, en El Cafetalón, Santa Tecla, en Jocoaitique Morazán, en Sonsonate, en el Teatro Luis Poma y en Ahuachapán.
Hubo libros en Metrocentro, libros escondidos en un parque, hubo bibliotecas en las calles y rinconcitos de lectura en canchas de básquet.
Lo mejor de todo fue que no lo hicimos solos. Nuestra red de bibliotecarios, bibliotecarias y docentes armaron su actividad, se organizaron, se adueñaron de cada lugar y armaron su propia agenda.
En el centro escolar “Barrio El Centro”, en Chalatenango, las alumnas, por iniciativa propia, llevaron un libro y una rosa para regalar, en el centro escolar “Miguel Elías Guillén”, Alby, la bibliotecaria, sacó los libros a la cancha de básquet, armó rinconcitos de lectura y las docentes leyeron con su público en ronda y el centro escolar “Caserío El Zarzal” también sacó su biblioteca con lectura y pintura.
En San Miguel, Edgardo y Heidy inventaron escribir una historia colectiva y colgarla en una manta; como un libro al viento.
En todos los espacios hubo liberación de libros, eso significa que el libro se lee y luego se libera: se esconde detrás de un árbol o en una góndola de supermercado o debajo de una silla para que otra persona lo encuentre, lo lea y lo libere otra vez.
Durante esos dos días el chat de la oficina se llenó de fotos. Y el lunes, en la reunión, la sala de zoom se llenó de anécdotas.
Nuestras dos formadoras, Esmeralda y Daisy, acompañaron al profe Mario a Metrocentro Sonsonate el sábado por la mañana. Él había organizado todo: había lectura, pintura, títeres, libros, mueblecitos, pufs, alfombras.
Una nena se acercó despacito.
“¿Te gusta leer?”, le preguntó Esmeralda .
“No”, dijo sin dudarlo. Y después se quedó dos horas, sentada, escuchando y leyendo cuentos.
En Jocoaitique, Tito, un nene de ocho años que ya se leyó todos los libros de la biblioteca de ConTextos, que está ubicada en esa zona, ni bien se enteró que se sacaba la biblio al parque, comenzó a avisar a su familia y amigos. El sábado a la mañana, buena parte del público estaba ahí gracias a Tito.
El evento fue un éxito.
Los libros se escaparon.
Lo hicieron posible docentes, directores, Fernando del Teatro Poma, la Fundación Poma, las alcaldías de Ahuachapán y de San Miguel y Metrocentro.
Y una mamá.
Que cuando todo había terminado se acercó a nuestro compañero Nelson y le dijo “sé que están liberando libros, yo quiero uno”.
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