junio 23, 2021 by ConTextos
Pensando en educación
Por Melvin Moreno.
A más de un año de estar de manera más intencionada, sistematizada y con mucha apuesta interviniendo un modelo educativo con jóvenes institucionalizados, me hago la pregunta, “¿vale la pena seguir apostando por esto?” y con mucha afirmación me la respondo con un SÍ, en mayúscula, como queriendo gritar cuánto vale la pena.
Y es que cada día en nuestro país se vuelve una urgencia pensar y actuar de manera inclusiva e integral, y esta experiencia con jóvenes no es la excepción, ya que por la razón social-contextual en que se encuentran han sido por muchas ocasiones invisibilizados y deshumanizados.
Como miembro de ConTextos, que con orgullo represento y amo por lo que hacemos, me mueve el espíritu de creer fuertemente en la necesidad de apostarle a un modelo de intervención que reconoce el trabajo multidisciplinar de manera articulada, con el objetivo de brindar más y mejor atención a los jóvenes.
También reconocer las experiencias significativas que dignifican la labor de cada una de estas personas profesionales que ponen en una práctica comprometida su accionar con la juventud.
Reconocer en el día del maestro y maestra la labor docente es una oportunidad para rescatar las diferencias individuales de aprendizaje de todos los estudiantes, y cómo esto es un reto constante hacia la resignificación de las prácticas y de historias acompañadas hacia la liberación y transformación de experiencias individuales y colectivas.
Es fácil decir “ese profe es muy negligente” o “esa profe solo llega a jugar”, sin embargo muchas veces hacemos ese tipo de afirmación sin considerar cómo y por qué se están utilizando diferentes estrategias de aprendizaje, que si abonan para que el joven “aprenda” mejor, son bienvenidas, pero si se realizan para evadir la responsabilidad de formar, pues, cuestionémosla para que se fortalezca una atención de calidad educativa.
Hoy más que nunca estoy cuestionando mi labor como docente y me reta el cuestionar mis prácticas, esto con el objetivo de pensar en una educación inclusiva e integral que me dé la oportunidad de reconocer quién y quiénes están a mi lado, escuchar sus voces y no dejar de creer en el diálogo como una herramienta que abona a fortalecer cada una de las prácticas educativas.
A mis compañeros, compañeras, aliados y aliadas con quienes comparto día a día esta pasión, quiero animarles a no dejar de creer en esta “educación”, a seguir dando lo mejor de nosotros en cada una de las cosas que hacemos, sin perder de vista que buscamos siempre una mejor atención hacia la juventud que acompañamos.
Esta es nuestra oportunidad. Como alguna vez nosotros deseamos tener una persona modelo que nos inspirara a creer que valía la pena ser adulto, ahora podemos ser esa persona que inspire a estos jóvenes hacia la construcción y acompañamiento de su proyecto de vida.
“Habla con el lenguaje del que te escucha, pero dí lo que tú piensas”, Paulo Freire.
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