julio 20, 2022 by ConTextos
Instalando espacios de esperanza
Por Leidy Hernández.
Recuerdo que cuando era niña, en la bodega de mi escuelita rural había algunos libros en estantes altos y solo podíamos tenerlos si el director los alcanzaba.
Yo era de las que los pedía y casi todas las semanas me llevaba uno a casa para leerlo por la tarde. Mi papá, así llamo a mi abuelo, siempre me hacía preguntas sobre lo que leía porque él estaba enfocado en que reflexionara mis lecturas.
Amaba leer: era una recompensa a la jornada de actividades diarias. A veces, como en la escuela ya no tenían más libros, repetía los mismos y siempre soñé con poder llevar esa misma emoción a otros niños y otras niñas.
Quizás lo deseé tanto que la vida no tuvo más alternativa que cumplir mi sueño y aquí estoy. Soy Leidy Hernández, formadora docente de ConTextos en el proyecto “Una Escuela Mil Historias”, como equipo trabajamos en 54 centros educativos de los municipios de Meanguera, Jocoaitique, Arambala, Perquín, San Fernando y Torola, todos en el departamento de Morazán.
Aunque déjenme decirles que no puedo llamarle trabajo porque disfruto tanto hacerlo: crear bibliotecas y acompañar en la formación docente.
Llevamos bibliotecas a escuelas que creo nunca imaginaron tener una. En ocasiones hay que caminar bastante porque son calles donde no entran carros, llevamos cosas sumamente pesadas: muebles, repisas, cubitos, alfombras y libros y cuando llegamos adecuamos espacios olvidados.
¿Qué si es cansado? Claro que lo es, pero saben qué, los niños y las niñas nos reciben con una alegría tan inmensa que nos devuelven el espíritu y nos hacen sentir que nuestro esfuerzo vale la pena.
Llenamos bodegas, como la de mi escuelita cuando yo era chica, de libros y colores pero esta vez, no están escondidos en estantes altos.
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