septiembre 19, 2024 by Daniela Raffo

El hábito de las cosas que nos hacen bien

Por Daniela Raffo.

Nuestra oficina de ConTextos tiene una biblioteca; una biblioteca hermosa con cientos de libros que aun trabajando ahí no hemos leído todos. Estamos en la calle La Mascota, calle que seguramente perteneció a una zona residencial: son casas enormes con patios, recovecos, escaleras; devenidas en negocios: venta de perlas, veterinarias, cafés, diseño de interior, tecnología, impresiones, biblioteca. 

Es una calle con mucha gente -de 8 a 6 de la tarde- metida adentro de sus negocios.

La biblio de ConTextos se llama Había una vez…porque así empiezan las historias. La abrimos los miércoles, de 9 a 4 de la tarde, la puerta ocre de la entrada se abre de par en par y las pocas personas que caminan por ahí miran -curiosas- para adentro; mirar es otra forma de empezar historias.

Para que nos conozcan -porque no basta con puertas, redes y rótulos- y para conocernos salí con una bolsa de libros. 

Entré a los negocios, me presenté, presenté a ConTextos y empecé a poner los libros sobre los mostradores. Elijan el que quieran, les dije, se anotan, lo leen y el próximo miércoles se acercan a la biblio a devolverlos y (cruzando los dedos, ojalá se sienten a leer y se lleven otro)

Solo mostrarlos hizo una pausa como una pluma.

La chica del negocio de las perlas los miró uno por uno. Tardó en elegir y se quedó con La Bella Griselda, de Isol, un cuento fantástico.

En el negocio de las impresiones, que lleva un año ahí escondido tras una puerta de vidrio negro, a la chica detrás del mostrador se le iluminaron los ojos, al joven que estaba parado a su lado no tanto, teléfono en mano, miró de reojo.

Para tu hijo, le dijo ella. Ahí sí. Se quedó con Los tres cerditos y el lobo no tan feroz de Mark Teague.

Y en el tercer negocio hice venta loca. Cuatro libros.

A mí me encanta leer, me dijo la recepcionista.

Leer esos cuentos que llevé demandan solo cinco minutos de nuestro tiempo que vale oro.

Cinco.

Y leer hace bien -sin importar que ayude a la ortografía, que genere pensamiento crítico, pensamiento creativo o que ayude a la resolución de problemas- solo hace bien.

Es un hábito sencillo que no requiere de los 21 días que al parecer se necesitan para cambiar cualquier estilo de vida. 

Leer un buen libro genera placer y hace que las historias empiecen.

Ayer fuimos una mini comunidad de vecinos que nos vimos por primera vez entre cerditos, princesas, caimanes, dragones y tacos. Nada mal.

Ojalá el próximo miércoles sigamos con el hábito de las cosas que nos hacen bien.

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