junio 13, 2024 by ConTextos

El abrazo de la poesía

Por Manuel Velasco.

Viernes 17 de noviembre de 2023. Un día atípico en ConTextos: la oficina se ha destinado de manera exclusiva al Taller de Poesía Urbana que impartirá Yesika Salgado, poeta salvadoreña residente en Los Ángeles. Estoy invitado y eso me emociona. 

Desde el primer encuentro con Yesika percibo su humanismo, su don de gente. Cuando ya han llegado la mayoría de participantes nos sentamos para compartir el desayuno. Entonces noto con claridad, y por primera vez, que soy el de mayor edad. Pero no solo eso. Sus personalidades, sus identidades podría también decir, me traspasan. No puedo evitar preguntarme qué hago allí, pero a la vez me siento fascinado. Hago preguntas, escucho, vuelvo a preguntar.

Llega el momento de la presentación y me sorprendo al escuchar los pronombres elles y todes, y la manera en que se usan en lo que se va diciendo. Desde ese momento supe que, de todos los allí presentes, quien más iba a aprender era yo.

El taller inicia con un primer acercamiento a nuestras verdades. Me sorprende la sinceridad con que estos jóvenes enfrentan el ejercicio. Yesika escucha con atención total, opina lo necesario, deja ser. Se escuchan palabras como símil, metáfora, sentidos, imagen, metáfora extendida, emoción. Y así la poesía empieza a fluir de manera natural y poco a poco nos comienza a inundar por dentro. 

“La poesía que comunica es la más sencilla”. “El luto es al amor que no tiene a dónde ir”. “El bloqueo de escritor no existe, existe el bloqueo personal”. “Un poema nunca se termina hasta que se abandona”. “Somos un espejo, debe estar listo para dar una imagen cabal”. “Piensen en algo que han perdido, escribamos sobre lo encontrado…”.

Brota el primer esbozo de un poema. Partimos de nuestra verdad, de lo que sabemos y somos. Compartimos lo escrito. Saltan las risas y las lágrimas. Sobre todo lágrimas, porque el dolor que llevamos por dentro encuentra en la poesía la mejor manera de asomar su rostro para redimirlo. Al terminar el día ya somos una comunidad, una común unidad, un grupo unido no solo por la poesía, sino también por la complicidad de las historias que hemos contado sin máscaras, de manera franca y fraterna. Hemos padecido como propios los sentimientos y las emociones de todos. De todes.

Al día siguiente para empezar el sábado nos preguntamos cómo nos sentimos, de qué manera nos quitamos un poco la resaca emocional vivida el día anterior. Yesika nos termina de animar y prepara el camino interior para lo que se viene. Hoy vamos a editar nuestro poema y aprenderemos técnicas para leerlo en voz alta y decirlo con fuerza ante una audiencia.

“Es importante andar siempre el título de ser poeta”. “Cada poema tiene un corazón y un latido”. “¿Se necesita cada palabra que está en el poema?”. “Hay que quebrar cualquier tipo de regla”. “Cada poema es mágico porque alcanza un momento de epifanía”. “Ser parte de mi voz en la página”.   

Nos entregamos al arduo trabajo de la edición. Manchamos, rehacemos, compartimos y escuchamos opiniones, repensamos…, dejamos nuestra voz en cada verso. Luego nos preparamos para leer nuestra versión final frente a los demás. Yesika nos guía, cada palabra suya nos inspira.

“Somos un jardín y cada quien puede ser su flor preferida”. “Construimos armaduras para no mostrarnos vulnerables”. “A veces el poema no le va a servir nadie, solo a ti, y eso está perfecto”. “Todos los poemas que he escrito son una aproximación a mi vida”. 

Toca cerrar el taller. Llega nuestro turno de replicar y transmitir a otras personas lo que hemos vivido y sentido. Ahora todes somos una comunidad transformada. Resuenan en mí las palabras del poeta nacional y las parafraseo: “Gracias, poesía, por demostrarme que no estás hecha solo de palabras”.