febrero 14, 2023 by ConTextos

Donde se esconden las historias poderosas

Por Gabriela Vargas.

Las historias nos rodean, vivimos entre ellas; cada persona lleva una historia dentro, o muchas, y eso nos une. Y como yo siempre he pensado que las cosas importantes de esta vida se deben pasar a un papel me emocionó mucho cuando me propusieron facilitar el “Soy Autor, Soy Autora”; un proceso que une historias y escritura.

A lo largo de varias sesiones, desde ConTextos acompañamos a que jóvenes escriban una memoria ilustrada, elijan un pedacito de su vida y la lleven al papel, para mirar esa historia y resignificarla. Esta vez acompañamos a 54 jóvenes estudiantes del centro Supérate Poma.

Mi parte favorita de hacerlo fue reconocerme en los y las participantes pues hace seis años yo era una estudiante Supérate, una joven que creía que quizá no tenía nada que contar o que lo que tenía que decir no era tan importante. 

Pero con estos autores y autoras descubrí que las historias poderosas están en todas partes y se esconden detrás de personas silenciosas, tímidas o alegres, y que somos los lectores y las lectoras, quienes debemos estar dispuestos a encontrarlas y escucharlas. 

Y eso es “Soy Autor, Soy Autora”: conectar con la historia de otra persona que derrama luz sobre la tuya. Salir de tu vida por un rato y meterte en la de alguien más. Darle espacio a las palabras vulnerables y a ser vulnerables con ellas. Saber qué les preocupó a otros, qué pérdida viven, qué motiva o mueve sus vidas.

Poder contar historias es un regalo, para el que escribe -porque puede ya no sentirse solo con eso que ha vivido- y para quien lee -porque le abre oportunidades de reflexión, de cambio, de reconocerse en las vivencias ajenas e, incluso, de transformarse. 

En estas 54 nuevas historias hay resiliencia, alegría, duelo, pérdida, tristeza, pero sobre todo; valentía. 

Todas son una muestra de las cicatrices, batallas, derrotas y logros que la juventud enfrenta, pero también nos muestran que hay esperanzas, sueños y preocupaciones que merecen ser escuchadas. 

Para seguir creciendo como comunidad, como sociedad, ojalá nunca dejemos de escribir, contar y leer porque las historias poderosas se esconden en todos lados.