noviembre 11, 2021 by ConTextos
#Eshoradelaniñez
Cuando se tira un tema sobre la mesa, cuando les preguntamos cómo se sienten, qué piensan, qué soluciones ven, escuchamos cosas como estas;
“Habría que arreglar unas gradas de la escuela porque tenemos un compañero que tiene dificultades para caminar”.
“Y habría que arreglar también la cancha de básquet porque cuando llueve se hace lodazal y algunos se pueden caer”.
O cosas como estas;
“Sería bueno que nos informaran de todos los peligros que uno enfrenta cuando migra”.
Como este 2021 se cumplen 200 años de la independencia de El Salvador, ConTextos, UNICEF y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO, quisieron escuchar las voces de jóvenes: saber qué piensan ellas y qué piensan ellos sobre tres temas que les afectan directamente: Migración, Medioambiente y Educación.
Las charlas se hicieron fuera de San Salvador, lejos de la capital, y se organizaron en comunidad, con estudiantes, con mamás, con docentes.
En Nueva Concepción, Chalatenango, junto a 10 jóvenes hablamos sobre Migración: nadie quiere irse de su país, salvo a estudiar, a capacitarse.
Quieren viajar, no abandonar.
Y como es la realidad que les toca a muchos, decidir irse o quedarse, tienen ideas sobre qué se puede hacer para que las situaciones sean más humanas.
Una de las jóvenes fue contundente sobre los menores que migran
Habría que preguntarles a los nenes si se quieren ir o se quieren quedar. Conocer su opinión.
Cosas así se escucharon. Todos los derechos de la niñez en una sola frase.
Estados Unidos debería dar visas de trabajo temporales.
Dijo uno de ellos. Y a mí se me hizo un nudo en el corazón. Fue como escuchar que mi papá se vaya pero no para siempre.
Cosas así se dijeron.
En Sonsonate hablamos de Educación. Estuvimos tirados sobre pufs en un ambiente tan abrazador, respetuoso y divertido que nos hubiéramos quedado horas.
Se empezó hablando de cómo costó la cuarentena.
¡Costó tanto!
A algunos, dolores de cabeza porque las clases las hacían en el celu y no hay vista que aguante una pantalla tan chiquita tanto tiempo; a algunas, depresión; a otra, trastornos alimenticios; a otros, miedo.
Así que cuando se juntaron en la escuela fue volver a reconectar, a verse, a reír.
Y volvieron a la “nomalidad” como a mí me hubiera gustado que volviera toda la humanidad: pensando en el otro.
Escuchamos cosas así
“Tenemos que respetar las diferencias sexuales, se tiene que acabar el bullying y el racismo”.
Hay algunos chicos que les dicen cosas ordinarias a las chicas, uno puede pensar que una chica es linda pero si se les dice cosas así creo que ellas se sienten incómodas.
Habría que tener huertos.
Me gustaría que en nuestra escuela hubiera más docentes para ayudar porque los que están trabajan mucho.
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